Link a la Web Principal

Presente y futuro de las enfermedades mentales más frecuentes


Se supone que desarrollo y bienestar deberían caminar de la mano pero, al parecer, no es exactamente así. Tras siglos de evolución el ser humano, lejos de haber encontrado las claves de la felicidad y la serenidad, parece que vaya marcha atrás en lo que a bienestar mental se refiere.


Así lo demuestra el informe del Instituto de Estudios Médico-Científicos (Inesme), titulado "Presente y futuro de las enfermedades mentales", presentado esta semana.  Según él, en Cataluña han aumentado un 5% las consultas psiquiátricas de adultos y un 8% las de niños en el último año, datos extrapolables, según los expertos, al resto del país.






(informe completo en:http://www.inesme.com/pdf/informediciembre11.pdf)


¿Nos volvemos cada vez más locos? En opinión del profesor de psicología de la universidad San Pablo-CEU, Fernando Miralles, “puede que estemos montando una sociedad neurótica” porque “cada vez se nos exige más, a todos los niveles”, lo cual acaba generando preocupantes cuadros de ansiedad en los individuos.

El estudio desvela, además, que más de 10 millones de personas en España sufren dolencias como depresión, ansiedad, esquizofrenia o trastorno bipolar y, de hecho, se estima que hasta uno de cada cuatro adultos padecerá alguna de estas patologías en su vida.

“Ahora el padre tiene que ser un súper padre y además un súper profesional, y la madre igual”, explica. “Lo normal es exigir resultados por todas partes: ¿qué notas has sacado? ¿Qué puesto ocupas? ¿Cuánto ganas? ¿Cuál es tu handicap?, pero nadie se preocupa por el bienestar emocional de las personas, nadie te pregunta qué tal te has adaptado a la universidad o a ese nuevo puesto de trabajo o si te sientes realizado allí”, lamenta Miralles.

José Fernández Elías, psicólogo clínico, también comparte esa visión de una sociedad que exige tanto a las personas que las acaba convirtiendo en víctimas. “Se demanda mucha activación y cada vez más capacidades y cualidades para ser válido, pero no todo el mundo puede con ello”, asegura.

Para Miralles, la felicidad personal es una mesa que se apoya en “tres patas”: la realización profesional, la personal y la familiar. “Y si alguna de esas patas es demasiado alta y otra muy baja, la mesa se desequilibra”. Por eso la excesiva atención que se presta actualmente al trabajo no es, ni mucho menos, síntoma de una sociedad madura. “Tengo mucha gente en la consulta que se ha quedado sola por llevar su carrera al estrellato y ahora no es feliz”, asegura.

La situación, además, se ve agravada por las actuales circunstancias económicas. La crisis, la inestabilidad laboral, el recorte de salarios, la falta de garantías, etc. Provocan en la gente una incertidumbre difícil de sobrellevar. “No saber lo que va a ocurrir es incluso peor que saber con certeza que va a pasar algo malo”, explica Miralles. Situaciones en las que cada día se acude a la oficina sin saber si uno será despedido crean una ansiedad muy elevada. “Las películas de miedo, sin ir más lejos, explotan esa característica psicológica del ser humano, da más miedo no saber lo que va a pasar”, añade.

Esa dañina incertidumbre

Elías Fernández también culpa, en parte, a la situación económica mundial del aumento de las consultas. “Desde hace cuatro o cinco años los pacientes aumentan, lenta pero progresivamente, y vienen sobre todo con cuadros de estrés, ansiedad y depresión”. La inestabilidad económica y laboral, asegura, es un “estupendo caldo de cultivo” para que quienes no tengan experiencia o demasiada autoestima caigan en procesos psiquiátricos.

Y la Navidad, ¿ayuda a mejorar o empeora? Puede ser un arma de doble filo: una época de reuniones familiares, regalos y fiestas puede ser la pócima mágica capaz de levantar el ánimo y reconfortar el espíritu, pero también puede ser el veneno que obligue a ser feliz sin tener ninguna gana de ello.

“En circunstancias así el individuo con ansiedad o depresión depende sobre todo de su familia y su entorno: si están bien avenidos, actuarán como apoyo, le arroparán y supondrán incluso un pequeño parche para sus dolencias; pero si hay mal ambiente, las Navidades serán conflictivas y puede que la persona las termine incluso peor de cómo las empezó”, explica Miralles.


Fuente: Alejandra Abad  19/12/2011  (06:00h). www.elconfidencial.com

"Lo que pensamos varía nuestra biología"



Entrevista a Bruce Lipton, doctor en Medicina, investigador en biología celular



"Tengo 67 años. Nací y vivo en Nueva Zelanda. Estoy casado, tengo dos hijas y tres nietos. Creo que la evolución de la civilización está ocurriendo ahora. Un cuerpo humano está hecho de 50 trillones de células, el ser es una comunidad. Pasé de científico agnóstico a místico".


"Me enseñaron que los genes controlan la vida, que en ellos se inscriben todas nuestras capacidades y características, pero es falso".
¿Del todo?
No somos víctimas de nuestra genética, en realidad es el ADN el que está controlado por el medio externo celular.
¿Qué significa eso?
La célula es la vida. Hablar de una célula es como hablar de una persona. Nosotros recibimos la información a través de los cinco sentidos y las células reciben las señales del entorno a través de los receptores que captan la información. El ADN es controlado por señales que vienen desde fuera de la célula, incluyendo mensajes energéticos de nuestros propios pensamientos, tanto los positivos como los negativos.
¿Somos lo que vivimos y pensamos?
Sí, y cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. Los estudios que empecé hace cuarenta años demuestran que las células cambian en función del entorno, es lo que llamamos epigenética. Epi significa por encima de la genética, más allá de ella.
¿Y?
Según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen puede crear 30.000 diferentes variaciones. Menos del 10% del cáncer es heredado, es el estilo de vida lo que determina la genética.
¿Es el entorno el que nos define?
Aprendemos a vernos como nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos nos forma. No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas.
Pero las creencias están inscritas en lo más profundo de nuestro subconsciente.
Cierto. El subconsciente es un procesador de información un millón de veces más rápido que la mente consciente y utiliza entre el 95% y el 99% del tiempo la información ya almacenada desde nuestra niñez como un referente. Por eso cuando decidimos algo conscientemente como, por ejemplo, ganar más dinero, si nuestro subconsciente contiene información de que es muy difícil ganarse la vida, no lo conseguiremos.
¿Entonces?
Si cambiamos las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambiará nuestra realidad, y lo he comprobado a través de numerosos experimentos. Al reprogramar las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, podemos conquistarlas.
Me suena a fórmula feliz...
Así es como funciona el efecto placebo. Si pienso que una pastilla me puede sanar, me la tomo y me encuentro mejor. ¿Qué me ha sanado?...
¿La creencia?
Eso parece. Al igual que los pensamientos positivos y el efecto placebo afectan a nuestra biología, existe el efecto nocebo: si crees que algo te hará daño, acabará por hacerte daño. Henry Ford decía que tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienen razón. Si eliges vivir un mundo lleno de amor, tu salud mejorará.
¿Y eso por qué?
La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la química que provoca el miedo hace que las células mueran. Los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable. Existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo.
O creces o te proteges.
Los procesos de crecimiento requieren un intercambio libre de información con el medio, la protección requiere el cierre completo del sistema. Una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida.
¿Qué significa prosperar?
Para prosperar necesitamos buscar de forma activa la alegría y el amor, y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen procesos de crecimiento. Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e inhiben los procesos de crecimiento, suprimen por completo la actuación del sistema inmunológico.
¿La culpa de todo la tienen los padres?
Las percepciones que formamos durante los primeros seis años, cuando el cerebro recibe la máxima información en un mínimo tiempo para entender el entorno, nos afectan el resto de la vida.
Y las creencias inconscientes pasan de padres a hijos.
Así es, los comportamientos, creencias y actitudes que observamos en nuestros padres se graban en nuestro cerebro y controlan nuestra biología el resto de la vida, a menos que aprendamos a volver a programarla.
¿Cómo detectar creencias negativas?
La vida es un reflejo de la mente subconsciente, lo que nos funciona bien en la vida son esas cosas que el subconsciente te permite que funcionen, lo que requiere mucho esfuerzo son esas cosas que tu subconsciente no apoya.
¿Debo doblegar a mi subconsciente?
Es una batalla perdida, pero nada se soluciona hasta que uno no se esfuerza por cambiar. Deshágase de los miedos infundados y procure no inculcar creencias limitadoras en el subconsciente de sus hijos.


Dejar de fumar con hipnosis


En la actualidad existen multitud de miedos y mitos sobre la hipnosis, así como un gran desconocimiento sobre lo que es y para lo que puede utilizarse. 

Vamos a intentar aclarar algunas de estas cosas.


Una buena definición de hipnosis es la siguiente: “La hipnosis es un modo diferente de procesar la información, donde se reduce la atención hacia el exterior, se suspende de manera voluntaria nuestra capacidad de analizar y de emplear la lógica, se puede producir con alta activación o con baja activación psicofisiológica y todo esto conlleva que se produzcan cambios significativos en la conducta, en el estado de ánimo, en la percepción y en la memoria” (I.E.Wickramasakera)

¿Qué significa esto? Que durante hipnosis procesamos la información de manera diferente a como estamos acostumbrados, dejamos  a un lado la lógica, el análisis y pensamos más en forma de sensaciones, de imágenes, etc. De esta manera pasamos de estar atentos a lo que nos rodea, al ambiente, a estar atentos a nuestro interior, nuestros pensamientos, sensaciones, etc. Estaríamos por tanto ante un estado de "superconcentración".

En la hipnosis lo que se pretende es: dar mensajes a la persona en un estado donde la capacidad de analizar se encuentra disminuida. Estos mensajes entran directamente al subconsciente, sin pasar por la barrera del análisis y permite que el subconsciente se “reprograme” y así la persona pueda cambiar su conducta, su estado de ánimo, etc.

Al entrar en estado hipnótico se experimentan una serie de cambios, entre ellos:
    • Relajación muscular, excepto en lo referido a músculos respiratorios.
    • Disociación de las sensaciones corporales. Algunas partes del cuerpo “no se notan” o la persona se siente pesado y ligero a la vez. 
    • Se presta atención a cosas esenciales, los sonidos del ambiente apenas se perciben.
    •  Aumenta la capacidad para percibir sensaciones que uno mismo se sugiere, por ejemplo, podemos sugerirnos cansancio, pesadez,  descanso, sensaciones agradables...
    •  Aumenta la capacidad para disminuir la sensación de tacto, incluso de propiciar anestesia, en cualquier parte del cuerpo. También puede apreciarse el efecto contrario, aumento de sensación de tacto.
    •  Se puede lograr la regresión en el tiempo, volver a vivir situaciones pasadas, incluso aquellas olvidadas por resultar dolorosas.
    • Este estado de hipnosis  permite aprender instrucciones y “grabar” mensajes con todo detalle.

    Miedos y mitos sobre la hipnosis:

    Existen muchos mitos implantados acerca de la hipnosis que están impidiendo que muchas persona se beneficien de esta técnica psicológica.

    Muchas personas creen que la hipnosis es una forma de sueño y puede que se mantenga este mito porque en ocasiones se cierra los ojos para facilitar la concentración, pero igualmente una persona puede ser hipnotizada con los ojos abiertos. La hipnosis es un estado diferente al del sueño.

    Que en hipnosis se pierde la conciencia es un mito también muy extendido. Esto no sucede así, si acaso se favorece la concentración y se focaliza de una forma poco usual. Si la persona perdiese la conciencia el hipnotizador no podría sacar a la persona de ese estado.

    Las personas hipnotizadas se encuentran bajo el control del hipnotizador. Esto no es cierto. Se encuentra completamente intacta su capacidad para tomar decisiones. De hecho, si el hipnotizador le mandara hacer algo a la persona hipnotizada en contra de su voluntad inmediatamente saldría la persona de ese estado.

    Se ha tendido a pensar que las personas hipnotizables son mentalmente débiles, incultas o poco inteligentes. Nada más lejos, incluso hay una correlación positiva  entre inteligencia e hipnotizabilidad, ya que en hipnosis se requiere un cierto grado de concentración que es más difícil de mantener por personas menos inteligentes.

    Que la hipnosis es peligrosa se piensa a menudo. Esto nunca se ha observado. Miles de personas han sido hipnotizadas sin apreciarse ningún daño psicológico ni físico, sino todo lo contrario, es un beneficio.

    Puede pensarse también que la persona hipnotizada si no se la despierta puede quedar en trance indefinidamente. Esto en realidad no ocurre así, las personas pueden salir del trance por sí mismas, aunque el hipnotizador no les saque de él.

    Uso de la hipnosis para dejar de fumar


    El tabaquismo es una adicción muy fuerte y un hábito difícil de erradicar. Gracias a la hipnosis se puede abandonar este hábito ya que ayuda a modificar la percepción que se tiene del tabaco, haciendo que realmente veamos lo que realmente se está fumando.

    Con hipnosis también se reduce la ansiedad y los sentimientos disfóricos, lo que ayuda a superar el síndrome de abstinencia provocado por el tabaco.

    Además la hipnosis permite disminuir el deseo de tabaco ya que se mantiene la concentración en otro tipo de estímulos.


    Otros usos de la hipnosis:

    Cada vez son más numerosas las pruebas relativas a que la hipnosis  puede ser muy útil para el tratamiento  de multitud de problemas:

    -      La ansiedad
    -      Las adicciones
    -      El tabaquismo
    -      La obesidad y trastornos de conducta alimentaria
    -      Problemas cardiovasculares y la hipertensión
    -      El sistema inmunológico y el cáncer
    -      Problemas dermatológicos
    -      Problemas gastrointestinales
    -      Disfunciones sexuales
    -      Problemas de sueño
    -      Dolor crónico
    -      Problemas respiratorios
    -      Dolores de cabeza


    Laura Gonzalez


    ¿Serías capaz de comerte un elefante?


    Dos amigos se encuentran en un bar después de la jornada laboral, uno se empieza a quejar de su trabajo y de que ve imposible llegar a donde quiere, profesionalmente hablando,  dice que se necesitan demasiados conocimientos, experiencias, habilidades, contactos…etc.

    El otro, tras un rato escuchándole en silencio, le pregunta: “¿serías capaz de comerte un elefante?”, la respuesta inmediata del amigo es: “claro que no, nadie podría”.

    Entonces el otro añade: “si comes carne 3 veces por semana en raciones de un kilo, en 30 años te habrás comido todo el elefante”.

    Y le vuelve a preguntar, entonces  “¿serías capaz de comerte un elefante?“. El amigo contesto:  “visto así, sí que podría”.



    Los factores claves del desarrollo profesional tienen que ver con dos comportamientos muy concretos:

    •     Definir objetivos claros, motivadores y ajustados al perfil personal y competencial de cada uno.
    •     El esfuerzo y la resistencia a la frustración adquiridas en las experiencias educativas, profesionales y vitales en general.


    Autores clásicos en psicología como Lewis Terman ya demostraban a principios del siglo XX que la perseverancia y la tendencia a definir objetivos es más importante que la inteligencia puramente académica en cuanto a conseguir logros. Pero, ¿de que dependen esas capacidades no académicas?.

    ¿Qué diría Daniel Goleman al respecto, a finales del mismo siglo XX?. Probablemente diría que estamos hablando de Inteligencia Emocional, un factor de peso para el éxito en la vida.

    Y aún faltaba Martin Seligman, demostrando con sus investigaciones que las persona más felices consiguen mayores logros profesionales, tienen mejores trabajos, ganan más dinero, tienen mejores relaciones sociales y ¡hasta viven más años y con menos enfermedades!.

    Entonces, sería lógico que nos asaltara una pregunta:
    •               ¿Por qué no consigo mi sueño profesional?.
    Deberíamos plantearnos entonces una segunda cuestión:

    •         ¿Estoy haciendo lo correcto para conseguirlo?.

    Ha llegado la hora de que analicemos nuestras habilidades, competencias, fortalezas, aquello que nos ayuda a ser felices y a alcanzar el éxito en lo que emprendemos como profesional independiente o dentro de una institución.

    La empresa positiva o humanizada, donde la organización contribuye a alcanzar la felicidad en sus empleados, es posible y altamente rentable. Miremos por ejemplo a Google, nombrada varios años mejor empresa para trabajar en EEUU y conocida por el estilo de trabajo basado en la flexibilidad y comodidad que brinda a sus empleados.

    Nosotros pretendemos aunar los beneficios empresariales con los de los empleados intentando que ambos alcancen su máximo potencial posible.

    Aplicando nuestros conocimientos en Psicología Positiva y adaptándolos al mundo empresarial, queremos hacer del trabajo algo que contribuya a la realización de la persona y aumente su bienestar.

    Beneficiar a los empleados (directivos, mandos intermedios y técnicos), a los consumidores de esos productos o servicios, y  con ello, a la población en general.

    Sabemos que es un objetivo ambicioso, pero en nuestra opinión, ¡menos que comerse un elefante!. 

    ¿Conseguir Profesionales Satisfechos para Empresas Positivas? El mercado nunca está preparado hasta que alguien demuestra que sí.  Por lo que...dejemos el pesimismo para tiempos mejores.


    Raquel Rodríguez.


    “Depresión” o síndrome postvacacional: ¿Cómo volver al trabajo después de las vacaciones?

    Es normal que tras un periodo de vacaciones, en el que (teóricamente) desconectamos, nos encontramos más relajados y con menos estrés y preocupaciones, nos cueste volver a nuestro trabajo y a nuestra rutina.


    Por lo tanto, puede ocurrir que los primeros días experimentemos alguno de los siguientes síntomas: desánimo, apatía, irritabilidad, insomnio, bajo estado de ánimo, etc. pero esto no significa que estemos deprimidos.


    Si observamos que este estado se prolonga en el tiempo o los síntomas aumentan y/o se hacen más intensos si sería recomendable acudir entonces a un profesional.

    ¿Por qué nos ocurre esto? (me gustaría daros una visión un poco diferente)

    Generalmente se está mejor de vacaciones o de ocio que trabajando, parece tener sentido.

    Sin embargo esto no les ocurre a todas las personas, algunos factores que influyen son:
    Realizar un trabajo que nos guste y nos gratifique.
    Tener la sensación de haber disfrutado y aprovechado las vacaciones.
    Realizar actividades agradables dentro de nuestra rutina.

    Ahora bien, siendo realistas, pasamos la mayoría de nuestro tiempo trabajando, aproximadamente el 70%, si queremos verlo de otra manera: 
    De los 12 meses que tiene el año  ¿cuántos estamos de vacaciones y cuantos trabajando? 
    De los 7 días de la semana ¿cuántos pasamos trabajando?
    De las 16 o 18 horas que estamos despiertos ¿cuántas invertimos en el trabajo (contado desplazamientos, comida, etc.)?

    Encuentro en el día a día como muchas personas esperan con ansia que termine su jornada laboral, o que llegue el fin de semana (cuantas veces nos quejamos de que estamos a lunes…) o que lleguen las vacaciones, suponiendo que en esos momentos se va a  estar mejor…

    Y aunque esto sea cierto, y estemos mejor en nuestro tiempo libre, parece poco práctico no intentar disfrutar de todo ese tiempo que pasamos trabajando (sí, pone disfrutar). 

    Claro, muy fácil decirlo, pero ¿y si nuestro trabajo no nos gusta?

    Tenemos varias opciones, primera, empezar a buscar trabajo. Sí, también se que en la situación actual puede resultar complicado, pero si por saber que es complicado no buscamos entonces lo convertimos en imposible.

    Segunda, empezar a cambiar nuestra actitud hacia nuestro trabajo, intentando sacar cosas positivas en general: de las tareas que realizamos (sean cuales sean), de la relación con los compañeros, con los jefes… ,pensar todas las cosas que podemos hacer por tener trabajo, etc. A lo mejor haciendo esto cambia nuestra visión de nuestro trabajo y no nos hace falta buscar otro.

    También nos puede ayudar enormemente el hecho de realizar actividades agradables durante la semana (sí, también sé que puede resultar complicado encontrar tiempo)  pero si nos esforzamos un poco es muy probable que algo de tiempo podamos sacar, y un poco de tiempo ya es más que nada.

    Es un tema muy amplio y no quiero extenderme mucho (otro día lo intentaré hablar con mayor profundidad) pero me gustaría animaros a que dejásemos de quejarnos y buscar excusas y empecemos a buscar soluciones...

    Juan Cañadas

    Actitud Mental Positiva

    Significa una actitud adecuada, compuesta por características positivas, simbolizadas por palabras como fe, integridad, esperanza, optimismo, valentía, capacidad de iniciativa, generosidad, tolerancia, tacto, amabilidad y sentido común.

    Actitud Mental Positiva no es sinónimo de felicidad sino de predisposición.

    Esta actitud tiene que ver con el hecho de darse cuenta de que existe otra manera de ver las cosas e insiste en la propia responsabilidad para cambiarlas.


    Las personas que tienen una actitud mental positiva ante la vida se exponen a los mismo acontecimientos desagradables  que los que no la tienen, pero los experimentan de manera diferente, y ejercen una predisposición para resolverlos mientras que los otros pueden verse superados por la situación y bloquearse. 



    Principios de la AMP:

    1. La grandeza esta reservada para aquellos que adquieren un deseo ardiente de alcanzar sus objetivos.
    2. El éxito lo alcanzan y lo conservan quienes lo intentan y lo siguen intentando.
    3. Para convertirse en un experto en cualquier actividad hace falta práctica, práctica y práctica.
    4. El esfuerzo y el trabajo pueden resultar divertidos cuando se fijan unos objetivos deseables.
    5. Una actitud mental positiva y una precisión de objetivos constituyen el punto inicial hacia todo logro que merezca la pena.
    6. Poner pasión y entrega en lo que uno se proponga, es lo que saca nuestra energía, nuestra fuerza, nuestra motivación. Sin pasión los resultados siempre serán pobres.
    7. Si no tenemos fe en nosotros mismos, en nuestra capacidad, nunca pasaremos a la acción.
    8. Lo que nos impide conseguir lo que queremos es estar constantemente repitiéndonos los motivos por los cuales no lo conseguimos en el pasado.
    9. El futuro no es igual al pasado a menos que vivas en él.

    Una actitud mental positiva no te convertirá en la persona más rápida, la más inteligente, o la más fuerte.Tampoco eliminará todos los problemas, pero sí te permitirá aprovechar al máximo tu potencial y obtener los mejores resultados.Y no sólo te permitirá utilizar más eficazmente tus habilidades sino que también te ayudará a evitar aquellas cosas sobre las que no tienes ningún control y que te afectan negativamente.


    Juan Cañadas

    Optimismo

    Puede definirse como una característica disposicional de personalidad que media entre los acontecimientos externos y la interpretación personal de los mismos. Es la tendencia a esperar que el futuro depare resultados favorables.



    El optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando en nuestras capacidades y posibilidades junto con la ayuda que podemos recibir. La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y su contraparte –el pesimismo- radica en el enfoque con que se aprecian las cosas: empeñarnos en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apatía y desánimo. El optimismo supone hacer ese mismo esfuerzo para encontrar soluciones, ventajas y posibilidades.

    En general, las personas más optimistas tienden a tener mejor humor, a ser más perseverantes y exitosos e, incluso, a tener mejor estado de salud física. De hecho, uno de los resultados más consistentes en la literatura científica es que aquellas personas que poseen altos niveles de optimismo y esperanza (ambos tienen que ver con la expectativa de resultados positivos en el futuro y con la creencia en la propia capacidad de alcanzar metas) tienden a salir fortalecidos y a encontrar beneficio en situaciones traumáticas y estresantes.

    Hay personas que presentan una mayor predisposición que otras hacia el optimismo y que parece que tienen más facilidad para tener una actitud mental positiva, pero realmente, cada persona puede tener la actitud ante la vida que desee (ambas cualidades pueden aprenderse y desarrollarse) esto requiere inevitablemente esfuerzo, práctica y dedicación por conseguirlo… 


    Juan Cañadas

    Graphic Patrick: trastornos mentales

    Patrick Smith (también conocido como Graphic Patrick) es un diseñador y director de arte, ha creado una serie de carteles en los que trata de reflejar a su juicio y de manera minimalista algunos trastornos mentales:


    Agorafobia
    Depresión
    Anorexia nerviosa
    Narcolepsia

    Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
    Trastorno de identidad disociativo

    Emociones positivas

    Las emociones positivas aumentan la calidad de vida en la vejez. Ayudan a superar el estrés, aumentan la salud física y mejoran la capacidad de atención, entre otras ventajas.

    Las emociones positivas son un potente antídoto contra el estrés, el dolor y la enfermedad en la vejez, señala un reciente estudio realizado por un psicólogo de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos. Pero las ventajas de esta actitud no alcanzan sólo a los ancianos, porque además se ha constatado que este tipo de emociones ayudan también a superar el estrés, aumentan nuestra salud física e incluso mejoran nuestra capacidad de concentración y de reflexión. Por Yaiza Martínez.

    La idea de que sentirse bien puede tener un efecto positivo en la salud no es nueva, ¿pero es cierta? Un artículo reciente publicado en la revista Current Directions in Psychological Science, de la Association for Psychological Science (APS) de Estados Unidos, analiza esta cuestión, a partir de la revisión de los estudios existentes sobre el efecto de las emociones positivas en la salud de los ancianos. 

    El autor de esta revisión ha sido Anthony Ong, un psicólogo e investigador de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, especializado en el estudio de los recursos emocionales, cognitivos y culturales que utilizan las personas para adaptarse a las circunstancias adversas de la vida, a medida que envejecen. 

    El valor de una actitud positiva 

    Según explica Ong en un comunicado de la APS: “Todos envejecemos. Sin embargo, es cómo envejecemos lo que determina la calidad de nuestra vida”. 
    Anthony Ong.
    Fuente: Universidad de Cornell.

    En ese proceso, los datos de los estudios revisados por el psicólogo señalan que las emociones positivas realmente son un potente antídoto contra el estrés, el dolor y la enfermedad. 

    Ong afirma que una actitud positiva puede proteger contra una mala salud en la tercera edad, de diversas formas. Por ejemplo, las personas más felices tienden a afrontar la vejez de manera preventiva, haciendo ejercicio regularmente o cuidando su descanso nocturno. 

    Por otro lado, este tipo de individuos es más propicio a evitar comportamientos insanos, como el tabaco. Los beneficios de ciertas elecciones en el estilo de vida cobran mayor importancia en la vejez, época en que los cuerpos se vuelven más susceptibles a la enfermedad. 

    Envejecimiento individual 

    Y, además, una visión optimista ayuda a combatir el estrés, que se sabe es un factor de riesgo de padecer numerosas enfermedades. 

    Según diversos estudios, los individuos con emociones positivas más fuertes presentan niveles más bajos de sustancias químicas asociadas con inflamaciones vinculadas al estrés. Por tanto, adoptando una actitud positiva, afirma Ong, la gente puede evitar incluso algunos de los daños físicos ocasionados por el estrés. 

    En definitiva, el bienestar psíquico puede influir en el proceso de envejecimiento, en el que se produce un declive gradual del sistema neuroendocrino, el sistema cardiovascular y el sistema inmune, escriben los investigadores en Current Directions in Psychological Science. 

    Este declive contribuye a aumentar el riesgo de enfermedad y mortalidad, pero resulta importante comprender que las alteraciones de los procesos fisiológicos derivadas de la edad no son invariables: existirían diferencias en el grado de vulnerabilidad y en la resiliencia (capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y traumas), que dependen de cada individuo y de su propia capacidad para sentirse bien.

    Otras ventajas 

    Los ancianos no serían los únicos en beneficiarse de las emociones positivas. 

    Según un artículo anterior sobre los trabajos de Anthony Ong, publicado por la Universidad de Cornell, las emociones positivas pueden ayudarnos, en general, en cuatro aspectos de la vida. 

    En primer lugar, las emociones positivas pueden servir para recuperarnos de emociones negativas, e incluso de los efectos de éstas sobre el organismo. 

    En pruebas realizadas en laboratorio, Ong descubrió que las emociones positivas favorecían una recuperación cardiovascular más rápida del daño producido por emociones negativas y que, además, estas emociones fomentaban la superación de momentos críticos de la vida, como el de la pérdida de un ser querido. 

    En segundo lugar, Ong afirma que las emociones positivas aumentan la capacidad de atención y de reflexión, algo que han demostrado los estudios llevados a cabo por otra psicólogo de la Universidad de Cornell, Alice Isen, durante dos décadas de investigación. 

    En tercer lugar, las emociones positivas fomentan también la resiliencia psicológica, es decir, mejoran nuestra capacidad de afrontar experiencias negativas; y, en cuarto lugar, estas emociones generarían bienestar emocional y físico. 

    Cinco vías hacia el bienestar 

    Para Ong, no se puede negar que las emociones positivas tienen un valor como recurso de adaptación y que, por tanto, resulta importante estudiarlas para entender y potenciar nuestros medios de desarrollo y florecimiento. 

    En cuanto al modo de fomentar este tipo de emociones a nivel individual, Ong aconseja cinco maneras de hacerlo. Una de ellas es tratar de encontrarle sentido a la vida cotidiana, revisando los acontecimientos adversos desde una perspectiva positiva, dándole un valor positivo a los sucesos cotidianos y proponiéndonos objetivos realistas. 

    La segunda vía es explorar técnicas de relajación que favorezcan la calma interior. Asimismo, Ong recomienda conectar con otras personas para despertar en nosotros emociones positivas, y realizar actividades que nos parezcan intrínsecamente motivadoras. 

    Por último, el cuidado personal también favorece la actitud positiva: una buena alimentación, un buen descanso y el ejercicio físico regular, son factores que favorecen no sólo el bienestar físico, sino también bienestar psíquico.


    Fuente:http://www.tendencias21.net/Las-emociones-positivas-aumentan-la-calidad-de-vida-en-la-vejez_a5537.html

    Ataques de ansiedad (ataques de pánico o crisis de angustia)

    Puede pasar  que un día, mientras estamos realizando una actividad cualquiera, en un lugar conocido (como por ejemplo: un centro comercial, en el coche, en un trasporte público, en el cine, o sencillamente en el sofá de nuestra casa) experimentemos, de forma repentina y sin saber muy bien porqué, un malestar físico muy intenso.

    Algunos de los síntomas que podemos tener podría ser cualquiera de los siguientes: sudores, respiración agitada, ahogo o dificultades para respirar, nerviosismo, dolores intensos  (de cabeza, abdominales, etc.) presión en el pecho, palpitaciones, taquicardias, náuseas, inestabilidad, mareos, desmayos, hormigueos o cosquilleos, vértigos, etc.

    Es probable que estas sensaciones vengan acompañadas de miedo, principalmente miedo a padecer alguna enfermedad (o morir), miedo a perder el control y/o miedo a estar “loco”.

    Seguramente nos preguntemos qué es lo que nos pasa, y por qué nos ha pasado, lo más normal es que no encontremos respuesta…

    Consecuencias lógicas después de vivir un episodio así serían: que empezásemos a vigilar nuestro cuerpo y nuestras reacciones físicas (tanto para ver si nos pasa algo grave como para intentar controlar que nos vuelva a ocurrir) y que desarrollásemos cierto miedo al lugar donde ocurrió la situación (centro comercial, coche, etc…)

    Si nos ha ocurrido esto es probable que acabemos de sufrir un ataque de ansiedad (ataque de pánico o crisis de angustia), y aunque es lógico que tengamos miedo, seguramente ni estemos “locos”, ni enfermos, ni vayamos a perder en control de las situaciones.

    Es una situación muy desagradable pero que tiene solución


    Juan Cañadas

    Rita Levi-Montalcini: lección de vida

    "Mi cerebro con casi cien años es mejor que cuando era joven"

    Entrevista: Rita Levi-Montalcini GABRIELA CAÑAS - Madrid - 24/10/2008

    "Nunca he pensado en mí misma. Vivir o morir es la misma cosa", explicaba ayer la Premio Nobel de Medicina Rita Levi-Montalcini antes de ser investida Doctora Honoris Causa por la Universidad Complutense. "Porque naturalmente la vida no está en este pequeño cuerpo. Lo importante es la forma en que hemos vivido y el mensaje que dejamos. Eso es lo que nos sobrevive. Eso es la inmortalidad". En el Paraninfo de la universidad madrileña se vivió ayer un momento de excepción. La neuróloga centenaria (el próximo abril cumple los 100 años), que recibió el Nobel en 1984, regaló a los asistentes una lección de lucidez intelectual, compromiso social y un optimismo vital estrechamente ligado a una cierta indiferencia por la propia vida.


    "Lo importante es la forma en que vivimos y el mensaje que dejamos"


    Esta mujer judía nacida en Turín en 1909 está considerada una de las personas más importantes del siglo XX en Italia. Tuvo que esconderse del nazismo en la II Guerra Mundial ante las leyes de persecución racial y su primer laboratorio fue su dormitorio, que al tiempo le sirvió de refugio. Vivió 30 años en Estados Unidos, donde ejerció la investigación y la docencia de Neurobiología en la Universidad de St. Louis. En 1984 le otorgaron el Nobel de Medicina, junto a Stanley Cohen, por sus investigaciones sobre el crecimiento de las células neurológicas.


    Pero su longevidad y su actitud positiva ante la vida no tienen que ver con sus conocimientos neurológicos; al menos no directamente. "Es ridículo obsesionarse por el envejecimiento. Mire, mi cerebro es ahora mejor que cuando era joven. Es verdad que veo mal y oigo peor, pero mi cerebro ha funcionado siempre bien. Lo fundamental es tener activo el cerebro; intentar ayudar a los demás y mantener la curiosidad por el mundo".


    En esa constante actividad cerebral que ella defiende no cabe jubilación. "Estoy en contra de la jubilación o cualquier otro tipo de subsidio. Vivo sin ello. Renuncié a ello. En 2001 no cobraba nada y tuve problemas económicos hasta que el presidente Ciampi me nombró senadora vitalicia".


    Empezó tarde sus estudios (su padre consideraba que no eran prioritarios para las mujeres), logró el Nobel a los 75 años y ahora, a los 99, dirige las investigaciones de su laboratorio romano cada mañana y por las tardes trabaja en su fundación dedicada a mejorar el nivel educativo de las mujeres africanas.


    Extremadamente menuda y de andar inseguro sobre sus delgadas piernas, Rita Levi-Montalcini entró ayer en el Paraninfo renunciando con pundonor y sonrisa de satisfacción al apoyo que alguna mano le ofrecía. Luego dictó su conferencia sin papeles y sin tropiezos. La inició con un encendido homenaje a Santiago Ramón y Cajal, Nobel de Medicina en 1906, al que no conoció personalmente, pero por el que siente una admiración profunda: "Ha sido el gran neurólogo de todos los tiempos. No hay nadie comparable a él. Fue una persona excepcional desde el punto de vista científico, artístico y moral". Después, en el Paraninfo, contó cómo el Nobel español intercedió por su maestro Giuseppe Levi para que fuera excarcelado en plena dictadura de Mussolini.


    Rita Levi-Montalcini se declara de izquierdas y laica y está incursa en la modernidad de la era digital, pero siente un rechazo visceral a ciertos ensayos genéticos. "Con fines terapéuticos, bien, pero los niños a la carta como quería Hitler, ¡nunca!".




    fuente: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/cerebro/cien/anos/mejor/era/joven/elpepusoc/20081024elpepisoc_8/Tes